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El poder del lenguaje en el cuidado de las personas mayores: reencuadrando el envejecimiento

La edad es uno de los primeros rasgos que reconocemos de una persona, junto con el sexo y la raza. En la sociedad actual, la discriminación por edad sigue siendo una de las formas de discriminación más generalizadas, aunque a menudo se pase por alto. Sea intencionado o no, el lenguaje edadista se utiliza en las conversaciones cotidianas. Y aunque la mayorí²¹ no lo piensa dos veces, la discriminación por edad limita las oportunidades de las personas mayores y puede disminuir su sentido del valor. 

"La discriminación por motivos de edad está presente en la política, el ocio, el deporte y la educación", afirma el Dr. Timothy Farrell, jefe interino de la  y Jefe Asociado de Atención Amigable con las Personas Mayores de la Universidad de Utah. "Está en todos los sectores de la sociedad. Es tan omnipresente que resulta invisible".

Es importante cambiar cómo hablamos a las personas mayores para crear una sociedad más inclusiva. La discriminación por motivos de edad afecta a todos, y todos participamos en ella.

Entender la discriminación por razón de edad

La discriminación por motivos de edad se refiere a los prejuicios, estereotipos o discriminación contra individuos o grupos por motivos de edad. Aunque puede afectar a personas de todas las edades, afecta de forma desproporcionada a las personas mayores. 

A continuación se ofrecen algunos datos:

  • En todo el mundo,  tiene prejuicios contra los mayores.
  • Más del  mayores experimentan habitualmente al menos una forma de edadismo en su vida cotidiana.
  • La discriminación por motivos de edad se asocia a una reducción de la esperanza de vida de 7,5 años.
  • Se calcula que el edadismo  al año en EE.UU. debido a la discriminación por edad y a costes sanitarios innecesarios.

"El problema de la discriminación por edad es que está muy extendida", afirma Farrell. "Si vas a comprar una tarjeta de felicitación, a menudo son increíblemente prejuiciosas. Pueden insinuar simplemente que si tienes más de 65 años, estás decayendo físicamente". En realidad, sólo el 2,5% de los adultos mayores residen en residencias de ancianos.

El edadismo perjudica la salud mental y física. Puede provocar aislamiento social, depresión e incluso reducir la esperanza de vida. Cuando los mayores interiorizan estas creencias, pueden sentirse desvalidos y menos motivados para participar en la sociedad.

Ageism Language Infographic

El papel del lenguaje en la discriminación por razón de edad

Las palabras importan. Términos de uso común, como "anciano" o "viejito", pueden evocar imágenes de fragilidad y dependencia. Por el contrario, palabras como "adulto mayor" presentan un tono neutro o respetuoso.

Para combatir la discriminación por motivos de edad, debemos cambiar nuestra forma de pensar y nuestro lenguaje. He aquí varias formas de replantear nuestra forma de dirigirnos a las personas mayores:

  • Envejecer no significa declinar. De hecho, muchos adultos mayores están en la cima de su experiencia, sabidurí²¹ y capacidad de contribuir. Celebrar sus logros y seguir considerándolos miembros valiosos de la sociedad ayuda a combatir los estereotipos negativos.

  • Utilice un lenguaje empoderador y respetuoso. Utilice un lenguaje neutro y respetuoso. Utilice "adulto mayor", "persona mayor" o "personas mayores" en lugar de "anciano", "geriátrico" o "viejito". Pregúnteles cómo prefieren que se dirijan a ellos. 

  • Hable a los mayores como personas capaces. El lenguaje edadista suele tratarlos como si ya no fueran capaces de tomar decisiones o comprender cuestiones complejas. 

  • Reconozca la diversidad del envejecimiento. El envejecimiento es algo muy individualizado. Muchas personas mayores permanecen activas, trabajan hasta bien entrados los 70 u 80 años y siguen dedicándose a sus aficiones e intereses. Otros pueden tener problemas de salud. Comprender que no hay una forma "correcta" de envejecer ayuda a evitar generalizaciones perjudiciales.

La discriminación por motivos de edad, como todas las formas de discriminación, está profundamente arraigada en nuestra forma de pensar y hablar de las personas. Cambiar el discurso sobre el envejecimiento empieza por el lenguaje que utilizamos. Si somos conscientes de nuestras palabras, celebramos las diversas experiencias de los adultos mayores y promovemos el respeto entre generaciones, podemos crear una sociedad más inclusiva en la que personas de todas las edades se sientan valoradas y respetadas.